miércoles, 21 de octubre de 2009

Un niño amarillo cumplirá cien años

Dr. Johnny Vargas Durán

En 1933 desapareció -en Estados Unidos- un perrito llamado Sandy y Henry Ford, el archimillonario zar de la industria automovilística norteamericana, escribió una carta que decía: "Por favor, hagan todo lo que puedan para encontrar a Sandy. Todos estamos interesados".

El hecho habría sido sólo una trivialidad, de no ser porque la dueña del canino era ni más ni menos que "Anita, la huerfanita", popular heroína de una historieta creada por Harold Gray y cuyas aventuras y desventuras traían al público con el corazón en un hilo.

Algo similar ocurrió recientemente en Costa Rica, con la desaparición del simpático Snoopy , asunto del que nadie ha dado una explicación satisfactoria a todos sus admiradores, sobre todo sobre si Snoopy estaba enfermo. ¿Estará grave?, ¿qué habrá sido de Carlitos y su pandilla? y del "secretario" de Snoopy.

Las dos situaciones revelan la poderosa influencia de las historietas, género gráfico que comenzó hace casi un siglo con la aparición de la que puede considerarse la primera historieta del mundo moderno: El chico amarillo, o bien "The yellow kid".

En honor a ese acontecimiento comenzará a circular en Estados Unidos una estampilla conmemorativa, que será el preludio de una serie dedicada a otros héroes gráficos.

El "Chico amarillo" nació en 1895, en medio de la pugna entre dos magnates de periódicos: William Randolph Hearst y Joseph Pulitzer. Hearst había llegado ese mismo año a Nueva York y rápidamente se dio cuenta de la importancia de los suplementos ilustrados como enganche para la venta de su periódico dominical.

Hearst personificaba como nadie a los nuevos barones de la industria norteamericana; poseía una extrema ambición, rápido para los negocios y sin escrúpulos. Su figura sirvió de modelo para que Orson Welles hiciera su famoso personaje "El ciudadano Kane".

Como Hearst deseaba destrozar a Pulitzer decidió pagar a precio de oro a los grandes redactores del país y logró contratar al mejor dibujante de su rival, Richard Outcault, a quien se le considera sin ambages el padre de la historieta moderna.

La primera versión del "Chico amarillo" apareció en el diario de Pulitzer, "El mundo", y fue el producto también de los grandes avances técnicos que permitieron la impresión -en 1893- de los primeros diarios a color.

Fue precisamente esta novedad la que contribuyó a bautizar para la posteridad al infantil personaje. Resulta que los técnicos del World deciden imprimir en color amarillo el camisón de un niño, quien aparecía en medio de una caótica situación social.

La figura del pequeño, y un texto impreso en el camisón, llamaba la atención del lector hacia una página que mostraba la vida tumultuosa, el sadismo, la violencia y el acontecer diario de una miserable callejuela del más bajo fondo.

Fue tal el éxito de la historieta que muy pronto el término amarillo se convirtió en amarillismo y por extensión se le aplicó a ese tipo de periodismo inescrupuloso y mentiroso.

Con Outcault y más tarde con otros dos ilustradores, Swinnerton y Opper, la historieta adquirió las características básicas del género: empleo del globito para enmarcar el texto, continuidad y permanencia de los personajes.

Sin embargo, el "Chico amarillo" no fue la primera historieta que tuvo permanencia, capaz de resistir todos los cambios de épocas y de adaptarse a todos los públicos. El honor le correspondió a "The Katzenjammer", dibujada por Rudolph Dirks.

Esta historieta relata la historia de los mellizos Katsenjammer, quienes formaban parte de una familia típica de inmigrantes alemanes. Los chiquillos eran un par de irresponsables que se la pasan alterando todo el orden a su alrededor, gracias a la cantidad de objetos que rompían y los golpes que propinaban a sus semejantes. Con ellos surgen los tradicionales signos gráficos del bang, pow, pum, plash.

En las primeras dos décadas de este siglo aparecen las heroínas y los esbozos de lo que será más tarde la historieta de aventuras. En 1920 Martin Branner crea "Winnie Winkle", heroína que se caracterizará porque el dibujante empleará los vestuarios de moda para atraer lectoras.

Asimismo, Charles Khales consolida el prototipo de la historieta de aventuras al introducir en sus dibujos el suspenso, los héroes que salvan a mujeres indefensas y lucha mientras tanto contra malvados de gruesos bigotes y capa negra.

Si desde un principio la historieta se mantiene unida a la realidad e influenciada por los modelos sociales, "Anita, la huerfanita" marcará la pauta en cuanto a representación de una ideología política definida y a un sistema de valores.

"Anita, la huerfanita" defenderá el paternalismo de los ricos, la defensa de la propiedad privada, identificará a los buenos con los campesinos y a los malos con las ciudades y la industria. Esta tira cómica reflejará las tensiones sociales de un medio industrializado y liberal donde el héroe que triunfa será un individuo, capaz de sobreponerse a todos los azares de la vida y que se aseguran el ascenso social gracias a su trabajo.

Los años maravillosos

¿Se acuerda de las idas a la peluquería? Una fila de sillones rojos con brazos de madera caoba donde se apretaban los chiquillos, quienes esperaban su turno con la cabeza metida en un folletín para no perderse las aventuras de "Tarzán, el hombre mono", "Batman y Robin", "Supermán", "El príncipe valiente", "El fantasma", "El llanero solitario", "Linterna verde", "La mujer maravilla", "Popeye" y "Flash Gordon", entre otros.

Todo este mundo mágico surgió a partir del año 1929 con tres personajes que marcarían el inicio de la edad de oro de los cómic: Tarzán, Popeye y Buck Rogers. Las historietas aparecerán primero en los grandes rotativos pero evolucionarán hasta adquirir individualidad en los denominados "comic-book", tal como los hemos conocido.

El 7 de enero de 1929 "nacen" dos mitos contemporáneos. Burne Hogarth, antropólogo e historiador del arte, dibuja la primera serie de Tarzán y con su extensa cultura y riqueza artística crea un paisaje selvático cargado, donde hombres y animales conviven desnudos y expuestos a la violencia del medio. Finalmente, en la misma fecha, Philip Nowlan y Dick Calkins unen esfuerzos para dar vida a "Buck Rogers" -antecesor de "Flash Gordon"-. "Buck Rogers" vivirá en el siglo XXV y se enfrentará al emperador Ming, señor de Mongo, quien desea destruirlo y casarse con Dalia Arden. A los demás, todos los conocen.

La competencia de "Buck Rogers" y "Tarzán" le será encomendada a "Flash Gordon" y a "Jim de la selva", quienes aparecerán a partir de 1934, así como al "Agente secreto X-9". Por cierto que el guión de "X-9" fue escrito por Dahiell Hammet, mítico autor de novelas negras como "El halcón maltés" y "Cosecha sangrienta".

En pocos años las páginas de los diarios se llenan de heroicos policías, tipo "Dick Tracy", vaqueros, enmascarados, agentes secretos, exploradores del espacio y hasta un detective chino que -cosa rara- estará del lado de la ley: "Charlie Chan.

Con el estallido de la segunda guerra mundial los superhéroes se multiplican y algunos expertos llegan a decir que aparecieron hasta 400 entre 1940 y 1944. Tan solo en 1940 "Supermán" llegó a vender casi un millón y medio de folletines.

Mientras tanto estos superhéroes se enfrascan en guerras contra los nazis y después contra la amenaza amarilla -los chinos- y el ejército rojo. Tanta influencia tendrá la guerra fría que "Supermán", quien simboliza a la sociedad industrial de occidente, sólo podrá verse afectado por la "kriptonita roja", expresión del comunismo.

En 1942 apenas "Supermán" derrota a los alemanes en una batalla, el jefe de propaganda nazi Joseph Goebbels escribe furiosamente: "Supermán es un judío".

Para 1951, cuando ya funcionan las Naciones Unidas, los superhéroes deciden también integrarse en una organización y fundan "El salón de la justicia", formada nada menos que por: El hombre halcón, Flash, Linterna verde, El espectro, El hombre de arena, La mujer maravilla, Supermán, Batman y El átomo.

Así llegan hasta nuestros días estos mitos contemporáneos que poblaron de imaginación la niñez de muchos adultos y aún siguen creando un mundo de ficción que surgió de la mano inocente de un "Chico amarillo".

FORMA DE CITAR ESTE TRABAJO DE LATINA EN BIBLIOGRAFÍAS:

Nombre del autor, Dr. Johnny Vargas Durán, título del texto, en Revista Latina de Comunicación Social, número 14, La Laguna (Tenerife), en la siguiente dirección electrónica (URL):

http://www.lazarillo.com/latina/a1999c/135vargas

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